Desde la popularización de los programas de diseño CAD en los años 90, el dibujo a mano y el software se convirtieron en una dupla inseparable durante el proceso de diseño. Partiendo del concepto inicial hasta las etapas finales, ambas herramientas nos permiten expresar, comunicar, organizar y transmitir lo esencial de un proyecto.
Ahora bien, considerando la potencia y precisión de los programas de diseño y boceto más usados, como AutoCAD o SketchUp, la pregunta que surge es: ¿sigue siendo relevante el dibujo a mano, o es simplemente una pérdida de tiempo?
En una época dominada por pantallas y herramientas digitales, el dibujo a mano sigue siendo una herramienta esencial para despertar la creatividad y plasmar las primeras ideas de nuestros proyectos. Al incorporar dibujos a mano en la etapa inicial de un proyecto, nos permitimos explorar una amplia gama de posibilidades de diseño y luego contar con una base conceptual sólida para nuestro trabajo.
Los bocetos a mano permiten capturar ideas rápidamente y fomentan un flujo de diseño más natural e intuitivo. Desde esbozos rápidos que capturan una inspiración fugaz hasta dibujos detallados de una sección específica, el dibujo a mano establece una conexión directa e íntima con el diseño.
Es cierto que los programas de diseño computarizados ofrecen un nivel de detalle y precisión que no puede compararse. Muchos arquitectos jóvenes preferirán bocetar en un entorno completamente digital, y es una decisión entendible.
Tener un manejo formal de las herramientas digitales es una necesidad en la formación y práctica de los arquitectos, entre otras cosas, porque el uso de programas de diseño digital puede facilitar la colaboración y el intercambio de ideas entre equipos de trabajo dispersos geográficamente, lo que aumenta la eficiencia y la productividad en proyectos colaborativos.
Sin embargo, la práctica del boceto “a mano alzada” es invaluable por su espontaneidad, porque permite iterar rápidamente y explorar diversas posibilidades de diseño, aportando un sello personal y auténtico a los conceptos presentados.
El dibujo a mano nos permite expresar las intenciones que circulan en nuestra mente, ojos y manos, y practicarlo constantemente es un ejercicio esencial para perfeccionar nuestras habilidades de observación, razonamiento espacial y coordinación mano-ojo. El proceso nos desafía a pensar de manera crítica, a experimentar sin miedo y, con suerte, encontrar soluciones innovadoras y originales a los desafíos que enfrentamos.
Aunque las herramientas técnicas digitales se vuelven cada vez más potentes y dominarlas es esencial para nuestro set de habilidades, no debemos subestimar el potencial del dibujo a mano alzada para capturar ideas, expresar intenciones y fomentar la creatividad en el proceso de diseño.
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